GUADALAJARA.
“El cartón de humor es un género muy singular. El humor ha ido transformándose. Ya no nos reímos de lo mismo”, afirma el caricaturista Víctor Solís.
“El cartón de humor no es una novela gráfica o un libro ilustrado, que poseen más lectores. Además, se subdivide según el tema que abordes”, agrega antes de su participación en la mesa Libros, monos y editoriales.
“El cartón de humor político, por ejemplo, es más efímero; tiene una vida muy breve. Y el de humor universal o temas de medio ambiente, como lo que yo trabajo, posee un rango de mayor vigencia. Pero el mercado editorial es chico”, añade el cartonista de Excélsior.
En el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta, que organiza la 39 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Solís, Tute, Nani, Turcios, Kemchs y CamdelaFu presentaron ayer sus publicaciones más recientes y reflexionaron sobre el mercado editorial para el género gráfico que les apasiona.
“Algunos de nuestros libros son editados por sellos y otros hemos recurrido a la autopublicación u otras alternativas. Cuando el libro tiene que salir, tiene que salir como sea”, dice.
Con una trayectoria de 35 años y cuatro libros en su haber, el egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explica que los cartonistas enfrentan, para publicar, las mismas dificultades que otros autores.
“El mundo editorial padece aún una crisis por la secuela de la pandemia y los títulos que se fueron acumulando. Las editoriales están yendo con pies de plomo y casi a la segura, sobre grandes firmas y estrellas, con los escritores.
El autor de Ver de Monero (Ediciones B), Centígrados y paralelos (Océano) y Sin decir ni pío (Penguin Random House), acaba de publicar, editado por El Periódico de la Vida Nacional, Fuera de esto, todo bien, que integra 210 imágenes representativas de su trabajo, que presentó ayer en la feria.
El dibujante adelanta que viene otro libro en camino. “Será sobre medio ambiente y finanzas personales, desde un punto de vista humorístico, que es el segundo tema que más he tocado. Todos tenemos una relación de amor, ingratitud o dramática con la economía. Es un tema con el que se identifican desde el ama de casa hasta el ejecutivo”, concluye.
Solís dijo que 2026 lo dedicará a promover Fuera de esto, todo bien y la exposición que lo acompaña, Cuando el río no suena, que se exhibirá hasta febrero en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco y buscará que itinere en el país y el extranjero.

