Sudáfrica. En ese rincón del mundo se reunieron el fin de semana los representantes de las 20 economías más grandes del planeta —y algunos países invitados— en la primera cumbre del G20 celebrada en suelo africano. Estados Unidos brilló por su ausencia. México envió al secretario de Hacienda, Édgar Amador, una presencia más protocolaria que sustantiva, útil únicamente para evitar la silla vacía.Sudáfrica. En ese rincón del mundo se reunieron el fin de semana los representantes de las 20 economías más grandes del planeta —y algunos países invitados— en la primera cumbre del G20 celebrada en suelo africano. Estados Unidos brilló por su ausencia. México envió al secretario de Hacienda, Édgar Amador, una presencia más protocolaria que sustantiva, útil únicamente para evitar la silla vacía.

Mirar a Canadá

2025/11/27 12:15

Sudáfrica. En ese rincón del mundo se reunieron el fin de semana los representantes de las 20 economías más grandes del planeta —y algunos países invitados— en la primera cumbre del G20 celebrada en suelo africano. Estados Unidos brilló por su ausencia. México envió al secretario de Hacienda, Édgar Amador, una presencia más protocolaria que sustantiva, útil únicamente para evitar la silla vacía.

El encuentro dejó poco para el recuerdo. Una nota del Financial Times comparó al G20 con un simple “chat grupal”. La crítica es válida e incómoda porque captura parte de la realidad. La ausencia de figuras clave, de Xi Jinping a Donald Trump, debilitó la arquitectura política del foro. En un mundo repleto de desconfianza, la eficacia del multilateralismo es cada vez más limitada. Y es cierto que instituciones como el G20 no han logrado contener la marea proteccionista global.

Sin embargo, aun en su versión más deslucida, estos espacios permiten leer el clima internacional. Destaco la intervención del primer ministro canadiense, Mark Carney, quien advirtió que el centro de gravedad económico se desplaza para alejarse de Estados Unidos. En ese contexto, subrayó un objetivo que su gobierno repite constantemente: diversificar. Canadá quiere tejer nuevas relaciones con China, India, los Emiratos Árabes Unidos, entre otros. Un movimiento comprensible, pero que podría tensar su relación con un Trump cada vez más receloso de Ottawa.

Semanas antes, en la Cumbre de APEC en Perú (otro evento al que México tampoco asistió a nivel presidencial), Carney se reunió con Xi Jinping. Fue el primer contacto de ese nivel desde 2017. Lejos de anunciar un romance geopolítico, el gesto sugiere que diversificar no es un acto de fe, sino un ejercicio de pragmatismo y supervivencia. Que Estados Unidos sea un socio volátil no convierte a China en uno más confiable, pero obliga a explorar rutas alternativas.

En México se habla de diversificación desde hace décadas. Empero, la estructura exportadora permanece extraordinariamente concentrada: más del 80% de las exportaciones van a Estados Unidos. Con el tiempo, esta dependencia se volvió estructural, casi un rasgo identitario del modelo económico. Todos reconocemos los riesgos de depender de un solo centro de poder, pero nadie ha encontrado cómo romper esa inercia, y tampoco existe una alternativa inmediata que iguale la escala que ofrece el mercado estadounidense.

Con todo, lo que resulta más llamativo de la postura canadiense no es su claridad, sino lo que podría anticipar para 2026. Mientras México declara como prioridad absoluta la renovación del T-MEC, en Canadá esa convicción luce menos firme. Una colega canadiense insiste que una discusión frecuente en Ottawa es la posibilidad de volver a una arquitectura bilateral. Un acuerdo entre Estados Unidos y Canadá y otro entre Estados Unidos y México.

Desde mi perspectiva, ese escenario es profundamente riesgoso. Significaría fracturar la plataforma de integración que ha definido a Norteamérica durante tres décadas. Implicaría, también, lidiar con regulaciones divergentes en sectores como acero, aluminio o reglas de origen para el sector automotriz. La inversión no desaparecería, pero mutaría y probablemente estaría más concentrada en Estados Unidos. Para México y Canadá, eso se traduciría en ciclos de inversión más lentos y menor capacidad de atraer proyectos estratégicos. No es un camino deseable para nadie, y menos para México.

Por eso, más allá de la foto amable entre Carney y Sheinbaum hace unos meses, conviene mirar hacia Canadá con atención renovada. El partido del T-MEC apenas empieza, y México no sólo debe observar cada movimiento de Washington, también atender cuidadosamente las señales que lleguen desde Ottawa, incluidas aquellas que insinúe entre líneas.

Disclaimer: The articles reposted on this site are sourced from public platforms and are provided for informational purposes only. They do not necessarily reflect the views of MEXC. All rights remain with the original authors. If you believe any content infringes on third-party rights, please contact [email protected] for removal. MEXC makes no guarantees regarding the accuracy, completeness, or timeliness of the content and is not responsible for any actions taken based on the information provided. The content does not constitute financial, legal, or other professional advice, nor should it be considered a recommendation or endorsement by MEXC.

You May Also Like

Maryland Man Sentenced for Allegedly Aiding North Korea’s US Company Infiltration and Sensitive Data Access

Maryland Man Sentenced for Allegedly Aiding North Korea’s US Company Infiltration and Sensitive Data Access

The post Maryland Man Sentenced for Allegedly Aiding North Korea’s US Company Infiltration and Sensitive Data Access appeared on BitcoinEthereumNews.com. North Korea’s IT workers infiltrated US companies through a Maryland man’s scheme, earning over $970,000 while enabling access to sensitive government systems. This operation supported the regime’s cyber activities, including crypto hacks that stole $2 billion in 2025, funding nuclear programs. Minh Phuong Ngoc Vong sentenced to 15 months in prison for aiding North Korean infiltration. He used fake credentials to secure jobs at 13 US firms, passing work to overseas conspirators. North Korea stole $2 billion in crypto in 2025 via hacks, totaling over $6 billion recently, per blockchain analytics firm Elliptic. Discover how North Korea’s IT infiltration and crypto hacking schemes threaten US security. Learn the details of the Maryland case and regime’s $6B theft. Stay informed on cybersecurity risks today. What is North Korea’s IT Infiltration Scheme in US Companies? North Korea’s IT infiltration scheme involves covertly placing regime-affiliated workers into US companies using fake identities to generate revenue and access sensitive systems. In a recent Maryland case, Minh Phuong Ngoc Vong was sentenced to 15 months in prison and three years of supervised release for facilitating this for three years across 13 companies. The operation netted over $970,000, much of which funded North Korea’s weapons programs through software work performed by overseas actors, including those in China near the border. How Does North Korea Use Crypto Hacking to Fund Its Programs? North Korea employs sophisticated cyber groups to target cryptocurrency exchanges and wallets, stealing digital assets that convert to fiat for regime funding. According to blockchain analytics firm Elliptic, these groups pilfered approximately $2 billion in cryptocurrencies in 2025 alone, contributing to a total exceeding $6 billion in recent years from hacks on platforms like Bybit and Upbit. This influx directly supports nuclear and missile development, as confirmed by US intelligence assessments. Experts note the regime’s…
Share
BitcoinEthereumNews2025/12/06 09:12