Philip Rivers se escapó por una rendija del retiro y de cuidar nietos para volver a alimentar la idea de ganar un anillo de campeón en la NFL.
El veterano quarterback de 44 años se presentó en las instalaciones de prácticas de los Indianápolis Colts para volver a lanzar unos pases a nivel profesional, cuando se encuentra entre los semifinalistas para formar parte de la próxima generación del Salón de la Fama del futbol americano.
El retiro de los emparrillados no lo alejó del futbol americano, pues una vez que puso fin a su trayectoria en 2020 como jugador de los Colts, comenzó su etapa como entrenador en la escuela secundaria de St. Michael Catholic en Alabama. La lesión del fin de semana de Daniel Jones, quien no volverá a jugar esta campaña, fue lo que detonó su vuelta para unirse al equipo de prácticas de Indianápolis.
Los Colts (8-5) están en una urgencia luego de la lesión de Jones, el novato Riley Leonard y Anthony Richardson no está en condiciones de jugar, con lo que sólo quedaba en la plantilla Brett Rypien como única opción para ser el quarterback titular para enfrentarse a los Seattle Seahawks el domingo.
Steichen explicó que existe la posibilidad de que Rivers sea titular el domingo, pero el mariscal enfrenta el reto de adaptarse a una ofensiva profesional tras años de ausencia y con un físico diferente. Al ser cuestionado sobre su peso actual, Rivers respondió con humor: “No lo sé, siendo honesto. No es lo que era cuando me fui. Sin embargo, añado a eso que nunca huí de nadie de todos modos", bromeó, refiriéndose a su poca movilidad.

