Los Tigres de Detroit buscan calificar por tercera temporada consecutiva a playoffs y, bajo esa lógica, decidieron retener a una de sus piezas claves en el relevo: el cerrador Kyle Finnegan, quien firmó un acuerdo por dos años y 19 millones de dólares.
Detroit apuesta por continuidad tras un cierre de campaña que los dejó muy cerca de extender su camino. Los Tigres llevaron su temporada hasta la entrada 15 del quinto y definitivo juego de la Serie Divisional contra los Marineros de Seattle, una serie que exigió cada recurso disponible y que terminó con Detroit eliminado por un detalle mínimo.
Ese golpe final fortaleció la convicción interna de que el equipo está preparado para competir a un nivel más alto. Con movimientos como este, la organización apunta a disputar su primera Serie de Campeonato desde 2012, cuando su núcleo estelar incluía a Justin Verlander, Miguel Cabrera y Max Scherzer.
El rendimiento de Finnegan después de llegar a Detroit en la fecha límite de cambios convirtió su continuidad en una prioridad. El derecho dio estabilidad en las últimas entradas, permitió ordenar roles en el bullpen y entregó justo el perfil que el club había buscado desde meses atrás. Su presencia le dio al manager AJ Hinch un cierre más estructurado y con margen para maniobrar en juegos cerrados.
Al final de la temporada, entre su tiempo con los Nacionales de Washington y su estancia con Detroit, Finnegan acumuló 24 salvamentos, una efectividad de 3.47 y 55 ponches, números que explican por qué encontró mercado multianual. Los Tigres confían en que, con un rol fijo desde el primer día, su producción pueda crecer y se mantenga como uno de los brazos más confiables de la Liga Americana.
La apuesta no surge de la nada. Desde 2022, Finnegan ha sido un cerrador consistente, con campañas de 28, 38 y 24 salvamentos, un rasgo que lo posiciona entre los relevistas de mayor durabilidad y uso en MLB. Para Detroit, su firma encaja con la estrategia de fortalecer áreas específicas sin comprometer contratos largos, una ruta que han seguido en sus últimos inviernos.
A sus 34 años, Finnegan encuentra también un escenario ideal: un equipo competitivo, un rol nítido y la posibilidad de convertirse en una pieza central del proyecto que pretende consolidar a los Tigres como contendiente permanente en la Liga Americana.
