El CEO de OpenAI, Sam Altman, ofreció una peculiar entrevista a uno de los programas de entretenimiento más importantes del momento, en la cual se sinceró sobre la forma en que usa ChatGPT y cómo espera que su modelo de Inteligencia Artificial (IA) evolucione en los próximos años.
Altman no es muy activo en los medios de comunicación; sin embargo, esta aparición en un late night show muestra la campaña que ha emprendido para mostrar los avances de su IA -que acaba de cumplir 3 años- y de cómo esta puede incorporarse -sin miedo- a la vida cotidiana.
El empresario apareció por primera vez en The Tonight Show Starring Jimmy Fallon y confesó sin rodeos que recurrió a la IA para afrontar los desafíos de ser padre primerizo. Fue durante su entrevista en, donde relató una anécdota que resume su dependencia tecnológica:
Le contó a Fallon que en una reunión con otros padres, escuchó que el hijo de alguien de seis meses ya gateaba, lo que lo alarmó:
Aunque Altman admitió sentirse un poco mal por recurrir a una IA para dudas tan ‘íntimas’, dijo que la rapidez, personalización y disponibilidad de la herramienta le han resultado determinantes en su vida familiar.
La confesión sobre el papel que ChatGPT juega dentro de la paternidad de Sam Altman y su esposo no fue lo único que llamó la atención. El CEO de OpenAI aprovechó el espacio para esbozar su visión sobre el rol de la IA en la sociedad.
Afirmó que su modelo de Inteligencia Artificial ya es usado por cientos de millones de personas semanalmente, en tareas que van desde la escritura de currículums hasta la programación, planeación de viajes o simples consultas cotidianas.
Y dijo que cree que ésta puede ser una ‘fuerza igualadora’, capaz de democratizar el acceso a información, educación, servicios y oportunidades, sin importar contexto socioeconómico; no obstante, reconoció que el avance tecnológico es muy rápido y que eso implica riesgos si no se regula o acompaña de criterios éticos y responsabilidad social.
La entrevista de Altman marca un hito simbólico: un CEO que lleva su producto al entorno doméstico, mostrando su utilidad más allá del trabajo, los negocios o el código. Eso ayuda a popularizar la IA como herramienta cotidiana, no solo técnica.
Pero también plantea preguntas profundas, como qué significa depender de sistemas automáticos para lo más humano: criar un hijo, o si la IA puede suplir -o ayudar- con empatía, juicio y apego emocional.
La confesión de Altman desató un debate inmediato. Para algunos, representa una imagen de vulnerabilidad y honestidad, pero para otros evidencia una sobredosis de dependencia tecnológica en aspectos profundamente humanos.
Pero también porque va en contra de la tendencia entre líderes tecnológicos que han reconocido públicamente que limitan o incluso evitan usar sus propios productos, especialmente cuando se trata de crianza, consumo digital y bienestar.
Aunque es la cabeza detrás de Facebook, Instagram y WhatsApp, Zuckerberg ha contado en entrevistas que restringe fuertemente el uso de pantallas y redes sociales a sus hijas, al punto de prohibirles acceso directo a dispositivos personales antes de cierta edad. En 2018 dijo que él y su esposa Priscilla Chan mantienen reglas muy estrictas sobre tecnología en casa y que evitan que las niñas interactúen en plataformas digitales.
El CEO de Google también apuesta por regular el uso de pantallas a sus hijos, pese a dirigir una empresa cuya fortaleza central es Android, YouTube y dispositivos inteligentes. Pichai dijo que sus hijos no tienen acceso ilimitado a los productos de Google y que incluso él mismo se impone límites estrictos para evitar dependencia tecnológica.
El fundador de Snapchat declaró que él y su esposa Miranda Kerr prohíben el uso de redes sociales a sus hijos y los mantienen alejados de dispositivos móviles en general. Spiegel ha dicho repetidamente que la infancia debe vivirse fuera de la pantalla, algo irónico considerando que dirige una de las apps más adictivas entre adolescentes.
El CEO de Apple aseguró que no permite que su sobrino menor use redes sociales, y pidió públicamente a la industria desintoxicar el diseño algorítmico orientado a enganchar al usuario. Incluso ha reconocido que él mismo limita su consumo digital pese a dirigir la empresa que fabrica el iPhone.


