Cepo al Maíz Una sensación de película repetida La cosecha 2021 se va a desenvolver en un contexto complejoCepo al Maíz Una sensación de película repetida La cosecha 2021 se va a desenvolver en un contexto complejo

Sorpresas que son bienvenidas aunque sean exiguas

2025/12/13 17:01

Inesperado, el anuncio del ministro de Economía, Luis Caputo, sobre la baja de Derechos de Exportación a los productos del complejo soja y al maíz, el trigo, cebada, sorgo y girasol representó una buena señal para la producción agropecuaria, según interpretaron productores y entidades rurales.

Aunque los porcentajes son exiguos, entre 1% y 2% no deja de ser un paso más en el camino de la eliminación total que el propio presidente Javier Milei prometió en tiempos de la campaña electoral de 2023. Nunca prometió una fecha específica, pero sí denunció el carácter distorsivo del tributo.

El interrogante que se abre es si alcanzará a tener incidencia en la siembra de soja de segunda o de maíz tardío. Según testimonios de productores consultados por LA NACION, no habrá cambios LA NACION, no habrá cambios, pero los especialistas del mercado creen que uno de los propósitos de Caputo es lograr una mayor producción de soja para 2026 dado que las estimaciones dan cuenta de una caída del área respecto del ciclo pasado.

Otros observadores interpretaron que la modesta baja apunta a lograr una mayor liquidación de la cosecha todavía no vendida luego de la fortísima venta de septiembre pasado cuando la ilusión de las retenciones cero se esfumó en apenas tres días.

Públicamente, hasta antes del anuncio, los exportadores decían que no había nada que pudiera indicar que el Gobierno estaba a punto de anunciar una baja de las alícuotas de los DEX. El foco estaba puesto en la agenda de reformas, laboral e impositiva, entre otras, y en el sostenimiento del superávit fiscal. Tampoco, decían, había indicios en el Presupuesto. El análisis no era incorrecto. Todo parecía indicar que el titular de Economía “había bajado la persiana” para el campo al menos hasta 2025. No fue así y el anuncio fue bien recibido.

Más allá de las interpretaciones, lo evidente es que hay un desfase entre los tiempos que elige Caputo para concretar las bajas y los momentos biológicos de los cultivos. Una reducción de alícuotas al comienzo de la campaña gruesa puede impulsar una expansión del área y a una mayor inversión en los paquetes tecnológicos en los cultivos. Con márgenes tan estrechos, una menor presión impositiva puede hacer rentable a un producto que, semanas atrás no lo era.

Otro punto que no pocos expertos destacan es que estas reducciones sorpresivas pueden dar pie a demorar decisiones de venta de los granos. En definitiva, es el efecto contrario al que, se supone, un ministro de Economía quiere lograr.

Cronograma

La mayor parte de las entidades del agro le proponen al Gobierno un cronograma de baja de los DEX que permita planificar la siembra. Las autoridades económicas, en cambio, parecen querer asegurar una parte de la recaudación fiscal que no está sujeta a los vaivenes de la actividad. Hay una tentación irresistible para todos los ministros de Economía, no importa su signo ideológico, de echar mano a los recursos que vienen del campo porque son sencillos de recaudar. En el caso de la actual administración, además, está claro que el criterio es cuidar la caja a rajatabla. Esto tiene la ventaja de que la estabilidad de la macroeconomía va paso a paso, pero la desventaja es que la presión tributaria sobre los sectores productivos cae muy lentamente.

Gran cantidad de camiones esperan para descargar trigo en la terminal portuaria de Rosario, ubicada en la zona oeste de la ciudad, luego de que se registrara una cosecha record de este cereal.

En los diferentes cultivos, el impacto puede ser dispar. Más allá de la modestia de los números de la baja, el complejo soja tiene las alícuotas más bajas de los últimos 19 años, según apuntó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) y rescató como dato el propio Caputo. Si cede la tensión comercial entre los Estados Unidos y China y el mercado se estabiliza, la oleaginosa puede encarar un panorama más auspicioso. Más allá de otra súper cosecha brasileña, la Argentina tiene todas las oportunidades abiertas para mejorar su competitividad. El maíz, por otra parte, se encamina a una muy buena campaña, si no hay sorpresas climáticas, más allá de los pronósticos de un eventual regreso del fenómeno Niña a partir del mes próximo.

La supercosecha de trigo abre otros desafíos: qué estrategia adoptar en el mediano plazo dada la posición argentina en el comercio internacional que hoy tiene a Rusia como protagonista central. ¿Se buscan nuevos mercados, se apunta a la proteína, se discute la segregación? En definitiva, parecen ser interrogantes propios de una actividad en crecimiento y no de una que está en retroceso. Es lo que pasa cuando el país entra en la normalidad.

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