La ONG Amnistía Internacional solicitó este martes al régimen iraní la liberación “inmediata e incondicional” de la premio Nobel de la Paz Narges Mohammadi y de al menos 39 personas detenidas la semana pasada en un funeral de un conocido abogado de derechos humanos en Mashhad.
La organización denunció un grave retroceso en las condiciones de libertad y rechazó las justificaciones oficiales iraníes para el arresto de quienes participaron pacíficamente en la ceremonia de Khosrow Alikordi.
La represión estatal desencadenó denuncias sobre violencia y tortura. Según informes recogidos por Amnistía Internacional y familiares, las fuerzas de seguridad golpearon brutalmente a Mohammadi y a otros referentes como Alieh Motalebzadeh y Hasti Amiri, quienes necesitaron atención médica urgente.
“Los agentes infligieron torturas y otros malos tratos, incluidos golpes violentos que provocaron lesiones y hospitalizaciones”, precisó la organización en un comunicado a través de su cuenta en X.
Mohammadi, símbolo internacional de la resistencia contra la represión en Irán, informó en una llamada telefónica desde el hospital que sufrió dos internaciones a causa de severas palizas recibidas durante la detención.
La galardonada con el Nobel de la Paz pidió a sus abogados que exijan un proceso penal contra las fuerzas de seguridad responsables, y reiteró que la persecución y las amenazas proferidas contra ella incluyen acusaciones graves como “colaborar con el Estado de Israel”, cargo penado con la muerte según la legislación iraní.
Diversos activistas y defensores de derechos civiles respaldaron el pedido urgente de Amnistía Internacional. Este lunes, veinte figuras de la sociedad civil iraní, incluidos los cineastas Jafar Panahi y Mohammad Rasoulof, suscribieron un comunicado conjunto reclamando la liberación de Mohammadi y de todas las personas arrestadas en Mashhad.
“La detención violenta de activistas no es reacción al desorden”, indicaron, “sino la continuación de una estrategia deliberada de amordazar la sociedad civil, suprimir la autodeterminación y bloquear toda transición pacífica en el país”.
La carta también responsabilizó al régimen de Teherán y a sus agentes de cualquier daño físico o psicológico sufrido por los detenidos. Destacados defensores como Sedigheh Vasmaghi y el preso político Mostafa Tajzadeh se sumaron a la denuncia que puso de relieve el endurecimiento represivo vigente en la República Islámica.
Según cifras oficiales, las fuerzas de seguridad arrestaron a 39 personas el 12 de diciembre durante el homenaje a Alikordi, justificando su accionar en supuestas violaciones del orden público. Sin embargo, videos distribuidos en redes sociales mostraron a Mohammadi y a otros asistentes coreando consignas como “Viva Irán” o “Muerte al dictador”.
Mohammadi, de 53 años, lleva dos décadas combinando períodos en libertad provisional, hospitalizaciones y continúas condenas, tras trece arrestos y nuevas sentencias por cargos de propaganda, conspiración contra la seguridad estatal y denuncia pública de las políticas restrictivas del régimen.
Fue galardonada con el Nobel de la Paz por su papel en las protestas contra el código obligatorio de vestimenta impuesto a las mujeres, así como por su tenaz activismo en favor de las libertades individuales. Las autoridades impiden que obtenga un pasaporte y la separan de sus hijos hace más de una década.
Amnistía Internacional y organizaciones locales advierten que la detención de Mohammadi y otros activistas revela la intensificación de la represión como mecanismo de disuasión contra la protesta y la movilización cívica en Irán.
El contexto de represión se suma a un historial de restricciones sistemáticas a los derechos humanos, persecución judicial y criminalización de cualquier movimiento crítico. La presión internacional sobre el régimen, subrayan los activistas, resulta crucial para proteger la vida e integridad de Mohammadi y los demás detenidos, así como para impedir nuevos abusos en las cárceles iraníes.
(Con información de Europa Press y EFE)

