El régimen de Irán bloqueó el acceso de médicos independientes a la activista y premio Nobel de la Paz, Narges Mohammadi, arrestada el pasado viernes durante una ceremonia en Mashhad y golpeada severamente, según denunció este martes su familia.
Mohammadi permanece bajo custodia tras ser arrestada junto a decenas de activistas en el funeral del abogado de derechos humanos Khosrow Alikordi, en una operación que organismos civiles calificaron como un nuevo episodio de represión política y abuso policial.
En una rueda de prensa realizada desde París, Hamid Reza Mohammadi, hermano de la activista, explicó que había recibido una llamada de otro miembro de la familia en Irán quien le transmitió directamente que Narges había sido sometida a “golpes con porras en la cara, cabeza y cuello”.
“Mi hermano ha intentado que un médico independiente la examine ante el riesgo de hemorragia interna, pero las autoridades se han negado. No sabemos en qué condiciones exactas la mantienen y la situación es extremadamente preocupante”, relató.
El esposo de Mohammadi, Taghi Rahmani, también hizo público su temor por la salud de la galardonada. Según la familia y abogados europeos, tras su arresto, Mohammadi tuvo que ser trasladada al hospital en al menos dos ocasiones debido a la gravedad de las lesiones.
La ONG Amnistía Internacional confirmó la denuncia y subrayó que tanto Mohammadi como la activista Alieh Motalbzadeh fueron víctimas de tortura y otros malos tratos.
“Agentes las golpearon violentamente durante la detención; requirieron atención médica urgente”, sostuvo la organización.
La abogada de la familia Mohammadi en París, Chirinne Ardakani, afirmó que el clima represivo de la ceremonia en Mashhad era extremo.
“Asistieron mil quinientas personas. La policía rodeaba el lugar, Mohammadi dio un discurso de desafío y fue detenida inmediatamente después, bajo presencia masiva de agentes motorizados”, afirmó.
Ardakani señaló que en total, al menos 50 personas fueron arrestadas, muy por encima del dato oficial de 39, y denunció una política sistemática de arrestos arbitrarios contra defensores de derechos humanos.
Imágenes distribuidas por los asistentes al lugar muestran a Mohammadi, sin el velo obligatorio, dirigiéndose a la multitud minutos antes de su detención. La activista denunció mediante una llamada que fue víctima de amenazas de muerte bajo cargos tan graves como “colaborar con Israel”, un delito que en Irán llega a ser penado con la ejecución.
El trasfondo de la represión en Irán incluye cifras alarmantes. Desde el año pasado, las organizaciones independientes reportan al menos 1.400 ejecuciones y más de 21.000 detenciones relacionadas con protestas, la mayoría desde el final del conflicto de 12 días entre Irán e Israel.
La Fundación Narges, establecida por la familia en Francia, apuntó que Mohammadi, de 51 años, ha sufrido enfermedades cardíacas, múltiples infartos y fue operada de urgencia en 2022 por complicaciones derivadas del encarcelamiento.
Amnistía Internacional exigió su liberación inmediata e incondicional y pidió acceso médico independiente, mientras abogados y organizaciones preparan una presentación formal ante la Corte Penal Internacional de La Haya.
“Queremos abrir un proceso por crímenes de lesa humanidad, aunque Irán no sea miembro”, advirtió Ardakani, asegurando que la represión es sistemática y alcanza a toda la sociedad civil.
Según activistas, la detención violenta del viernes integra un patrón de represión orientado a desarticular los movimientos sociales. “Nos mantenemos firmes, como hermanos y hermanas, hasta la victoria”, proclamó Mohammadi poco antes de ser retenida.
Las acciones legales y diplomáticas impulsadas desde Europa buscan no solo garantizar la integridad de la Nobel, sino activar mecanismos de presión y visibilización para evitar nuevos abusos y exigir rendición de cuentas internacional ante la impunidad de las autoridades iraníes.
(Con información de AFP)

