En un departamento del Palacio de los Patos, Wollstudio diseñó una reforma que reinterpreta el academicismo francés con materiales nobles, verde integrado e iluminación a medida. Un proyecto que busca crear un refugio urbano cálido, conectado con la naturaleza y pensado para la vida cotidiana de una familia.
Pensado para una pareja con un hijo, este proyecto partió del uso cotidiano como eje de todas las decisiones. Los clientes ya conocían el trabajo del estudio —habían visto una reforma previa en el mismo edificio— y llegaron con una predisposición clara.
“Siempre partimos de un listado de necesidades concretas: cuántas personas viven, qué actividades se dan en el día a día”, explican los arquitectos Francisco Pailhé y Eugenia Carugno Durán. Como la planta original funcionaba bien, la decisión fue respetar la estructura existente y trabajar desde el diseño, los materiales y la iluminación.
Gran parte del mobiliario fue diseñado especialmente, incluyendo un vajillero que funciona como remate del espacio y que integra plantas en su estructura.
El punto de partida fue abandonar el blanco original del departamento y llevar toda la casa hacia una paleta más envolvente.
Para eso, el estudio trabajó con paredes en tonos visón y microcemento color arena, elegido especialmente para acompañar ese clima. “Queríamos armar una caja cálida, que fuera la base del moodboard. Desde ahí empezamos a equilibrar y a darle fuerza con otros materiales”, cuentan.
El microcemento aparece tanto en la cocina como en los baños, unificando visualmente los espacios y dejando que el contraste llegue a través del equipamiento.
La propuesta lumínica fue pensada desde el inicio del proyecto y no como una etapa final. “Siempre trabajamos con tres capas: luz general, iluminación indirecta escondida y artefactos especiales”, explican.
Muchos de los artefactos fueron diseñados por Wollstudio. “Es un detalle chico dentro de la obra, pero ese cromado de la lámpara del comedor después aparece en otros lugares, como en la escalera del cuarto de Dante. La idea es que la paleta vaya uniendo todo”.
“Desde el inicio sabíamos que la piedra iba a tener un rol importante en la casa: en la mesa, en revestimientos, en algunos planos clave. En la paleta original la imaginábamos más clara, pero cuando fuimos a ver granitos y revestimientos con el cliente apareció una piedra negra que le gustó mucho. Y esas cosas del ida y vuelta son interesantes, porque un cambio así también abre una oportunidad: el negro tiene muchísima fuerza”, cuentan.
“Obviamente, cuando aparece un color tan predominante hay que volver al proyecto. No todo lo que iba a ser gris podía pasar a negro, entonces hubo que revisar decisiones, rebalancear la paleta y ajustar materiales para que todo funcionara en conjunto. Hoy estamos contentísimos con el resultado”.
Este espacio no quedó solo como circulación. En el tramo que conduce a los dormitorios, el estudio revistió el arco de paso en piedra negra, un gesto que marca el límite entre lo público y lo privado sin necesidad de puertas. El cambio de material funciona como señal: a partir de ahí, la casa baja el ritmo.
En este tipo de edificios es habitual que aparezcan recorridos largos y superficies amplias destinadas únicamente a conectar ambientes. “Son plantas muy generosas, con muchos metros que suelen quedar relegados a la circulación. En este proyecto buscamos que ese tramo tenga un rol claro y sume al funcionamiento general de la casa”, explican.
Para reforzar esa idea, el estudio bajó el cielorraso y sumó una claraboya circular que ilumina un sector sin ventanas. “Funciona casi como un sol artificial. Es una forma de traer luz y de acompañar el recorrido, marcando que estamos entrando al área privada de la casa”, cuentan.
Para el cuarto del hijo de la pareja, el estudio diseñó un espacio lúdico. “La idea fue armar una especie de casita del árbol”, cuentan.


![[HOMESTRETCH] Juego familiar, canchas extranjeras: La pasión de Thirdy Ravena por el baloncesto](https://www.rappler.com/tachyon/2025/12/homestretch-thirdy-ravena-heart-basketball.jpeg)