Wall Street avanza después de que la Reserva Federal ejecutara su tercer recorte consecutivo de tasas el miércoles, en una decisión que dio alivio a los mercados a pesar de la inusual división interna entre los responsables de política monetaria.
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El S&P 500 avanzaba alrededor de 0,20% en los primeros intercambios tras el anuncio de la decisión, reflejando el optimismo inicial de los inversores ante una postura que, aunque más cautelosa en su comunicación, sigue orientada a una flexibilización gradual.
Al mismo tiempo, los rendimientos de los bonos del Tesoro retrocedían y el dólar perdía terreno, en línea con una lectura más dovish del anuncio.
La autoridad monetaria redujo el rango objetivo de la tasa de fondos federales a 3,5%-3,75%, en una votación 9-3 que destacó tanto por su intensidad como por la amplitud de visiones enfrentadas.
Dos presidentes regionales, Austan Goolsbee, de Chicago, y Jeff Schmid, de Kansas City, defendieron mantener los tipos sin cambios, mientras que Stephen Miran, gobernador incorporado en septiembre, volvió a exigir una rebaja más agresiva de medio punto.
Fue la primera vez desde 2019 que tres funcionarios se alejaron de la decisión mayoritaria, un hecho que incrementó la atención de los operadores sobre el mensaje implícito en el comunicado.
El texto publicado por el Comité Federal de Mercado Abierto modificó de forma sutil el lenguaje utilizado en octubre, regresando a la fórmula de diciembre del año pasado para referirse a “la magnitud y el momento” de futuros ajustes.
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El matiz alimentó la percepción de que la Fed reconoce un grado mayor de incertidumbre respecto al camino inmediato, en especial ante señales que apuntan simultáneamente a un mercado laboral que pierde fuerza y a una inflación que resiste a converger con la meta del 2%. Esa combinación explica, según el propio banco central, por qué no existe unanimidad desde junio.
La reacción del mercado también se vio influida por el hecho de que, pese a las diferencias internas, el recorte estaba ampliamente anticipado. J
En el frente corporativo, parte de la atención se concentra en los resultados de Oracle (ORCL), cuya fuerte corrección desde septiembre la ha convertido en un termómetro del nerviosismo ligado a las valoraciones tecnológicas y a la magnitud de la apuesta por la inteligencia artificial.
La expectativa de una oscilación significativa tras la publicación de cifras muestra la sensibilidad creciente del mercado a cualquier indicio sobre la solidez o los límites de esta narrativa.
Las materias primas aportaban su propio matiz al clima de incertidumbre. La plata continuaba ascendiendo, tras superar por primera vez los US$60 la onza, impulsada por la escasez de oferta y por las apuestas de un entorno monetario más laxo. El metal blanco llegó a tocar un récord de US$61,6145.
El petróleo, por su parte, permanecía estable tras su mayor retroceso de dos días en un mes. El Brent rondaba los US$62 y el WTI superaba los US$58, en un contexto dominado por la preocupación por el exceso de oferta, alimentada por la previsión de que la producción estadounidense alcanzará un récord de 13,6 millones de barriles diarios este año.
El cobre retomaba su avance hacia máximos históricos, impulsado por nuevas advertencias de que la oferta seguirá sin responder al ritmo de la demanda. Las interrupciones en minas, la anticipación de mayores importaciones estadounidenses y la expectativa de un giro monetario más expansivo contribuyen a un mercado donde los inversores siguen apostando a que se requerirá un periodo prolongado de precios elevados para estimular nueva capacidad productiva.
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El estratega Chris Turner, de ING, recordó que el mercado llegaba a la decisión del FOMC con un recorte de 25 puntos base prácticamente “en un 90% descontado”.
Según Turner, la atención estaba puesta en el Resumen de Proyecciones Económicas, en el número de disidentes frente al recorte y en la conferencia de prensa del presidente Jerome Powell.
En medio de ese contexto, las monedas de América Latina tienen un desempeño mixto. El peso chileno (USDCLP), el colombiano (USDCOP) avanzan, mientras que el peso mexicano (USDMXN), el sol peruano (USDPEN), el peso argentino (USDARS) y el real brasileño (USDBRL) retroceden.
El equipo de BBVA FX Strategy indicó que las divisas latinoamericanas han venido mostrando nuevamente un desempeño heterogéneo, en medio de factores locales que han pesado en las trayectorias de las monedas.
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